
El nuevo cónsul, Quinto Celio Metelo piensa en todo, no quiere sorpresas, recluta como su legado al mejor militar de la fecha, Cayo Mario, antiguo cliente suyo y enemigo político, pero el mejor general.
Reclutan un nuevo ejército, los supervivientes de Numidia y Nórdico más nuevos reclutas, se trampean los censos militares, se llaman a personas que ya sirvieron el tiempo estipulado, se presta dinero a los pequeños propietarios que no lo tienen para que compren la armadura y se forma un nuevo ejército que partirá para Numidia.
Cayo Mario fue un hombre sin escrúpulos dispuesto a todo por alcanzar el poder, era muy rico y no le interesaba el dinero, antiguo cliente de los Celio Metelo se distanció de estos, rompiendo con la tradición entre clientes y patronos, cuando fue tribuno de la plebe. Ahí descubrió el secreto de la república, los tribunos de la plebe podía vetar las decisiones de las altas magistraturas, que el senado era un órgano sin poder real, el poder real estaba en la asamblea plebeya, dominada y manejada por los tribunos de la plebe.
Cayo Mario tenía un plan para alcanzar el ansiado consulado, pensaba ser el romano más importante de la historia y así, además se vengaría de la altiva nobleza que había bloqueado tantas veces su carrera política, él un hombre nuevo sería el romano más poderoso de la historia.
Ya inició su plan casándose con una aristócrata patricia de una ilustre familia venida a menos, Julia, de los Julio Cesar. Ahora, como segundo de su antiguo patrón debía de finalizar la jugada que le llevaría al consulado primero y al mando de la guerra después.
Cayo Mario fue el verdadero general durante el mandato de Quinto Celio Metelo, prueba de ello es que las tácticas militares no variaron cuando él asumió el mando.
Cayo Mario siguió el modelo de Escipión Emiliano en Numancia reorganizó las tropas reclutadas por Celio Metelo y las sometió a una férrea disciplina. Se expulsaron a los comerciantes de los campamentos romanos, se prohibió la compra de alimentos a los legionarios, todos comerían lo que el ejército proveería, Durante este periodo se tomó la ciudad de Vacca y derrotó a Yugurta en el río Muthul, pero la excesiva prudencia romana, los continuos asedios a plazas fuertes numidas y la habilidad en la guerrilla de Yugurta, además de la conspiración de Mario contra su jefe, retrasaron y estancaron la guerra. Mario quería un estancamiento en la guerra, él la debía concluir.
Mario inició una campaña de desprestigio contra Quinto Celio entre las tropas y entre los romanos de la provincia de África, acusando a Quinto Celio del estancamiento de la guerra para así obtener un año más un imperium proconsular.
Quinto Celio Metelo era consciente de la maniobra de Cayo Mario y le prohibió abandonar el ejército e inscribirse en las elecciones para cónsul, pero la campaña de desprestigio de Cayo Mario sobre su jefe era tan intensa que este optó por dejarlo marchar. Así tendría, por lo menos eso pensaba, un año de tranquilidad con Mario en Roma.
En el 108 Cayo Mario de presentó a cónsul, las derrotas militares de los aristócratas, la corrupción e ineficacia de estos frente a la eficacia de un hombre nuevo virtuoso, hizo de Mario el cónsul para el año 107 a.C.
Pero Quinto Celio Metelo y los aristócratas no habían perdido aún, por presiones de su grupo en el Senado lograron que Numidia no estuviera ese año entre las provincias consulares, Quinto Celio Metelo sería procónsul de Numidia el mismo año, 107 a. C. , en que Cayo Mario era Cónsul en Roma.
Cayo Mario no se resignó ante la maniobra de los aristócratas en el Senado, sabía que el verdadero poder estaba en la asamblea plebeya y en los tribunos de la plebe e hizo justamente eso, presento por medio de tribunos de la plebe afines, amedrentando a los hostiles, una resolución mediante la cual se desposeía del mando a Quinto Celio Metelo y se lo otorgaba a él.
Era sin duda alguna una nueva violación de la tradición y las prerrogativas del Senado, aunque legal y con algún precedente en las guerras púnicas. De nuevo el grupo conservador reaccionó y el Senado otorgó al comandante saliente Quinto Celio Metelo, el título de “Numidico” por sus victorias sobre Yugurta.
Además, Quinto Celio Metelo, embarcó rumbo a Italia y licenció a sus legiones antes de dar el mando a Cayo Mario.
Ahora Cayo Mario era el comandante en Jefe de la guerra contra Yugurta, pero no tenía ejército.